Esta población fundamentalmente rural, situada al norte de Manresa, conserva aún en la estructura de su núcleo antiguo algunos portales de la villa medieval, en la misma zona que aprovecha para celebrar la reconocida Feria de San Miguel, a finales de septiembre.
Las rutas por la zona medieval permiten identificar fachadas y portales de aquella época. Al sur del pueblo, están los Humedales de la Bòbila, donde antiguamente se extraían arcillas y que ahora se ha convertido en un interesante espacio natural, donde hacer observaciones ornitológicas.